Como todos los sábados, este fin de semana se llevó adelante la clásica cena de los nominados en Gran Hermano. A diferencia de las anteriores, esta llamó la atención porque como apenas quedan cinco y son cuatro los nominados (Romina, Julieta, Marcos y Camila), por ende, a Nacho le tocó quedarse solo durante ese lapso.
Esto ya se sabía, por eso, la gran incógnita era qué iba a hacer. “Vuelvan temprano”, les dijo a sus compañeros cuando la voz en off de GH los llamó para comer. Sin embargo, lejos de angustiarse, aprovechó ese pasaje de soledad. Se cocinó algo y en ese momento le pusieron música. “Gracias. Un poquito más fuerte, por favor”, soltó.
Para aprovechar al máximo, buscó en la heladera y no dudó: se hizo una milanesa napolitana con puré. Apenas terminó se levantó y fue a lavar el plato y todo lo que había ensuciado. Todo esto mientras se puso a cantar y bailar solo. No necesitó otra presencia para pasarla de una manera distinta, pero más que bien.
Bueno, no tan solitario. En el mientras tanto, estaban cerca Mora y Caramelo, los perritos que no cuidó del todo bien. Nacho se olvidó de darles de comer. Enfocado en lo suyo, se le pasó alimentarlos. Pero por suerte se percató de eso Romina, al regresar al living, y el tema quedó solucionado. Nada grave.
Al cabo de un rato regresó el resto de los participantes y lo celebró como nunca. En ese momento estaba en el parque, sentado, cuando escuchó los pasos y las voces. Ahí se levantó y les dijo: “¡Los extrañé!”. Fue abrazando a cada uno y hasta le consultaron cómo lo había pasado solo, si había comido, y demás.
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